Se cruza el pueblo pasando por su fronton y el antiguo lavadero, dejamos el bar y pasamos la portilla en donde comienza una pista forestal que nos va acercando cada vez mas al espectaculo que da el rio.
Pasamos por varios miradores en los que el espectacular color de las aguas te atrae, enredandote entre fresnos, avellanos y preciosas hayas,bueno las fotos salen solas.
Pequeños saltos de agua nos llevan hacia el nacedero, donde la inmensa cantidad de gente que aprovecha el puente de semana santa, hace que parezcamos una larga
serpiente que con curvas y sigilosamente asciende por las ultimas y empinadas rampas.
El ruido de las caidas de agua es menor al murmullo de la gente pero estar rodeado de esta belleza no tiene precio.
La vuelta se complica en el puente y en las rampas de descenso, luego seguimos la senda de la izquierda y volvemos al pueblo que a su llegada nos recibe con una zona de descanso con unas encinas magnificas.
En total un bonito paseo de no mas de 2h, en el que disfrutamos con un paisaje espectacular, aunque para mi gusto un poquito, o demasiado mimado....
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