La mañana era buena, un sol de justicia dominaba las alturas y eso alegraba el recorrido.
Cargados con todo el material andubimos no mas de una hora, hasta alcanzar la zona adecuada, para construir la cuna de esa noche.
Lo primero, ver la calidad de la nieve, que aunque un poco blanda podia valer, descargamos y manos a la obra.
El circulo o el perimetro del iglu, lo realizamos con una cuerda y el piolet, dimos de radio mas o menos la altura del mas alto y 20 cm mas.
Empezamos la extraccion de bloques de la cantera, denominada Assuan, por la visitada en Egipto.
Bloque a bloque, hicimos la primera vuelta, sorprendente la manera de soldar el hielo entre si, y fuimos a comenzar la segunda. Al ultimo bloque de la primera se le hizo un corte por la mitad para que al empezar la segunda chocaria con tres caras y haria mas fuerza.
La segunda fila fue rapida, dejar claro las manos del maestro albañil que iva biselando todas las piezas para ir dandole esa forma redondeada, tipica de los iglus.
En las horas centrales del dia el calor era fuerte y temimos que no nos dejara acabar el iglu, y al ver que unos bloques se caian decidimos hacer cima y colocar la tienda de campaña para pues si las moscas, tomamos unos tes y cuando empezo a caer el sol y vimos que otra vez la nieve se pegaba, manos a la obra. El iglu va ascendiendo de forma espiralizada, poco a poco, llegando a cima, el personal idoneo para su realizacion es de tres personas pero en este estabamos solo dos, cosa que nos dio mas curro.
El maestro albañil, con ayuda del piolet ia colocandos las piezas que el maestro cantero le pasaba ayudado del serrucho, y pieza a pieza y ya entrada la noche el iglu cobro vida.
Hizimos la puerta cavando un augero desde dentro hacia afuera para que el viento entrara menos, pero frio hizo y ...
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