Las gotas golpeaban la ventanilla de la maltrecha cabstar, que llena de vaho, escondia al grupo.
Un pequeño riato empujaba los restos de la viruta conseguida al realizar el corte de entalladura a la vieja haya, aquella que habia visto desde la primera republica hasta la monarquia, pasando por la dictadura, aquella que sintio el bombazo de Carrero y aquella que recuerda los ronquidos de aquel maqui, bandido, pastor, guarda forestal y aquella que va ha ser talada por um miembro del reten.
Parece que los elementos estaban de su parte, el rugir del motor era una suave musica celestial en comparacion con los truenos que Natura lanzaba detras de los espectaculares relampagos, el batir de las viejas pero fuertes ramas hacian que el operario no quitara la mirada de la frondosa copa y en eso se dio cuenta.
Enormes goterones fueron despedidos por el negro cielo en direccion al suelo y no hubo mas remedio que emigrar raudos al cobijo de la maltrecha cabstar.
La cabeza de todos era un hervidero, con lo que llueve y ese haya no se puede quedar a medias y las horas que son.
La chicharra hace ruidos raros, empieza el debate, habria que tirarla ya, llueve mucho, no se puede quedar asi , el aire la va ha tronzar en cualquier momento y si....
Decidido salio el compañero. Pantalon de motosierra, botas de seguridad, goretex y casco con pantalla y auriculares, guantes anticorte y empuñando la sthil 360. Como compañeros y para acabar pronto salimos todos, haciendo frente a natura sabiendo que hay que hacerlo cuanto antes, el trabajo es peligroso pero no hacerlo , mas.
Un silencio y un golpe seco, rugen varias motosierras, desrame y tronzado, un vestigio a caido.
Cuando un viejo arbol cae el monte lo siente, el golpe duro y seco retumba en el bosque y la cabeza de los ciervos, corzos , lobos y demas mamiferos que pueblan la sierra riojana sienten la perdida de uno de los habitantes de ese maravilloso y fascinante mundo salvaje.
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